Los clientes, amantes de la cocina, quisieron reformar un antiguo departamento en un espacio para impartir talleres y compartir su gran pasión. El departamento ya gozaba de gran belleza, con sus paredes de ladrillo visto y techo de estructura de madera, que se conservó y resaltó en el proyecto. El mobiliario nuevo se construyó con hormigón que se dejó visto siguiendo así el aire industrial original. Una bonita combinación a la vez que moderna y funcional para el nuevos usos.